Nuestra mascota…
Aullido es un Bouvier de Flandes, una raza gigante rara en la Ciudad de México, originaria de la parte flamenca de Bélgica. Se caracteriza por su pelaje lanudo y resistente, así como por su territorialidad.
Mi veterinaria de cabecera encontró a Aullido vagando por la zona sur de la ciudad en junio de 2007, le sorprendió ver vagando por las calles a un perro así, ya que normalmente estos perros sólo se consiguen por trato directo con criadores y por sus características y talla gigante pocos deciden adquirirlos. Se acercó a él y al subirlo al auto se dio cuenta de que era dócil, obediente y bastante bien portado. En algún momento alguien debió quererlo o al menos invirtió en él pues tiene corte de cola y orejas y una obediencia básica impecable.
La historia de cómo acabó en las calles y de lo que allí vivió jamás la sabremos y por suerte no dejo secuelas graves en él. Yo lo conocí un mes después, cuando una de mis perritas fue a una revisión y de inmediato quise adoptarlo, los culpables fueron sus ojos grandes y redondos que en ese momento me parecieron los más tristes del mundo.
Lo presentamos a mis dos perritas en un parque -territorio neutro- y una vez en casa comenzamos a darle los cuidados de recuperación que necesitaba porque llegó en un estado deplorable. Fue necesario raparlo, su pelaje era insalvable, y fue entonces cuando descubrimos el grado de malnutrición que tenía, su peso estaba al rededor de los 20 kilos, la veterinaria que lo rapó le calculó en ese momento al rededor de 10 años de edad. Otro de los problemas que traía y que podría haber sido grave era deshidratanción, su orina era muy concentrada y de un naranja rojizo que nos hizo pensar en que problemas renales.
Luego de un par de semanas, ya con un peso en ruta de recuperarse y con una producción de orina mucho más normal que descartaba el problema renal, al estar seguros de que estaba en condiciones, lo esterilizamos.
Con el paso del tiempo, fue ganado peso y recuperando pelo, también, cada día que pasaba se habituaba más a su nuevo entorno y a su nueva familia. Los perros son animales de hábito y en la medida en que Aullido logro establecer una rutina su mirada se volvió dulce, contenta y su carácter mucho más relajado. Recuerdo que fue hasta la tercer semana que su sueño se volvió profundo en lugar de despertar al menor ruido. En su última revisión le calcularon 7 años de edad, así de recuperado estaba.
Hace un año y 2 meses que Aullido es parte de nuestra familia. Hoy es un perro distinto al que llego, es un perro que se sabe querido y a salvo, es un perro feliz.
Esta es nuestra primer historia de adopción exitosa y por esto escogimos a Aullido como la mascota del sitio.