La violencia en la vida diaria y tu perro
Se dice que México es un país violento, al menos esa es la percepción generalizada. Se dice que la Ciudad de México se encuentra entre las más violentas del mundo. Lamentablemente tengo que coicidir, al menos con el segundo enunciado y no lo digo porque exista una presencia cada vez más notoria del narco o porque, a pesar de que ya no se publican, los asaltos y secuestros aún siguen pasando cotidianamente.
Me refiero a un tipo de violencia mucho más importante y que nos debe asustar y preocupar mucho más que resultar ser los desafortunados transeuntes a los que les tocó presenciar la explosión de un hombre bomba.
La violencia sobre la que escribo es una que vivimos día a día, que recibimos, propiciamos y usamos los unos contra los otros. Esa que mueve a los tripulantes de un microbus a matar a golpes al raterillo que subió a tratar de asaltarlos o a la que lleva a un vecino a envenenar al perro que pasea en el parque.
Esta violencia esta hoy en día encausada a los dueños de perros, gracias a la moda implantada por el GDF de uso obligatorio de correa para todo perro defeño que pasee por las calles, parques y demás rincones de la ciudad. Como usualmente, la ley no es clara al respectro y el artículos 25 y 26 del código normativo para la Ciudad de México sólo estipula que:
Artículo 25.- Son infracciones contra la seguridad ciudadana:
I. Permitir el propietario o poseedor de un animal que éste transite libremente, o transitar con él sin adoptar las medidas de seguridad necesarias, de acuerdo con las características particulares del animal, para prevenir posibles ataques a otras personas o animales, así como azuzarlo, o no contenerlo;
– Las fracciones establecidas en las fracciones I, II, III y IV se sancionarán con multa por el equivalente de 11 a 20 días de salario mínimo o con arresto de 13 a 24 horas.
Artículo 26.- Son infracciones contra el entorno urbano de la Ciudad de México:
I. Abstenerse de recoger, de vías o lugares públicos, las heces fecales de un animal de su propiedad o bajo su custodia;
Las fracciones establecidas en las fracciones I a VII se sancionarán con multa por el equivalente de 11 a 20 días de salario mínimo o con arresto de 13 a 24 horas.
Así que tu obligación como dueño responsable es conocer bien a tu perro, prever situaciones desagradables y corregir de inmediato cuando tu perro haya hecho cualquier cosa que afecte a un tercero. Por supuesto que si sabes que tu perro es agresivo bajo ciertas situaciones lo mejor es usar una correa, pero como lo dice la ley: lo que considerres necesario.
Sin embargo, en esta nueva cacería de brujas la minoría atacada son los perros y sus dueños, nos exigen obligaciones sin dar alternativas. Sabemos que en paises con leyes reales sobre cuidado animal hay prohibiciones igual y tanto más severas que estas que depronto aparecieron de la nada en el D.F. Sin embargo en esos lugares si se abren espacios adecuados para los perros, parques con áreas delimitadas con enrejados donde los perros pueden estar sueltos sin estar expuestos a los peligros de automóviles o personas malintencionadas. Horarios específicos en parques donde pueden estar sin correa y sobretodo cestos de basura suficientes como para que el multar por no recoger las heces de verdad funcione.
Un día a mitad de un paseo
Caminando por un jardín-camellón al sur de la ciudad me topé con una señora que me pidió en tono muy autoritario y más bien violento que le pusiera la correa a mis perros ya que “se habían sucitado varios incidentes” por perros que no habían sido controlados por sus dueños. Lo primero que pensé fue “¿Y a esta mujer quién le da la autoridad para pedirme esto?, ¿acaso fueron mis perros los que estuvieron involucrados en “estos incidentes”? Y mi primera reacción fue la de contestar defendiéndome bruscamente pero luego de tomar un poco de aire le contesté amablemente que claro que lo haría y con gusto, a lo que contestó con un “gracias” un poco forzado y después me dediqué a hacerle un poco de plática respecto a los problemas quer habían tenido con perros sin correa.
Resultó que esta persona vivía frente al parque-camellón, por lo cual consideraba que era su deber entrometerse en la vida de todo aquel que apenas lo pisara y mucho más con los dueños de perros sin correa, porque era su parque. Incluso me dijo que era frecuente que viniera gente “de fuera” para hacer un mal uso del espacio que a ella le costaba tanto trabajo cuidar, aunque claro, su única contribución era meterse en la vida ajena ya que por lo que me platicó jamás levantaba basura, plantaba y regaba las flores ni daba una cuota para los jardineros que lo cuidan. Me pregunto si cuando venda su casa saldrá a apalear su cacho de parque o si va a anunciarla como “incluye un tramo de parque”.
Yo por mi parte le comenté que estaba totalmente de acuerdo en multar a todos los dueños que no recojan las heces de sus mascotas y que estaba a favor de que se hiciera una área enjaulada en uno de los extremos del parque donde los perros tengan acceso y puedan jugar y convivir los unos con los otros. Y acepté a asistir a las reuniones vecinales para discutir estos temas a pesar de que soy una de esas personas que viene de fuera por vivir a 5 minutos de distancia a pie, sin importar el haber nacido y pasado toda mi vida en el rumbo, simplemente ya no era mi parque. Supongo que el concepto de parque p-ú-b-l-i-c-o no aplica.
Luego de unos 10 minutos de plática amable, dicha mujer terminó por acariciar a mis perros, chulearlos e irse sintiéndose feliz de haberse topado con alguien que le hizo caso y que está dispuesto al diálogo y a buscar soluciones que nos ayuden y beneficien a todos. Sin importar lo injusto de su petición.
Lucha de minorías
Somos una minoría, nosotros los dueños de perro conscientes y responsables que nos preocupamos por su bienestar al mismo tiempo que del bienestar de las áreas que usamos para que ellos paseen, jueguen y estén cómodos. Qué recogemos las heces de nuestras mascotas, que trabajamos para que estén bien socializados y sean amables tanto con personas como con otros animales. Que atendemos a las necesidades de juego, alimentación y educación de nuestras mascotas. Todo esto para logar una vida equilibrada tanto al interior como al exterior que nos permita vivir a todos juntos y tranquilos. Respetando y siendo respetados.
Como toda minoría que ha sido en principio rechazada, perseguida para ser finalmente aceptada y respetada, es ahora nuestro turno de luchar por nuestro propio bienestar. Nuestras armas deberán ser el díalogo, la búsqueda de concordia y un rasonamiento lógico que sea respaldado por nuestras acciones. En principio todos los habitantes del Distrito Federal somos iguales, sin diferencia de credo, raza o creencias religiosas. Todos tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones, todos tenemos una voz que tiene el derecho a ser escuchada y tomada en cuenta.
Sin embargo, nosotros tenemos algo que nos da un punto de más, a nuestros perros. Y por ellos es que tenemos que ser la voz de la concordia. Nos toca ser una especie de embajadores de todos los dueños de perro. No debemos responder a las amenazas o agresiones con violencia, recuerda que cuando reaccionas lo estás haciendo en nombre de todos los que tenemos perros. Si das una mala impresión esta nos va a etiquetar a todos los que también tenemos perros y es a nosotros a los que nos toca cambiar los marcos de pensamiento del resto de la población. Demostrar que podemos lograr resultados responsablemente y lograr consegir espacios específicos para nuestros perros, donde puedan estar sin correa, jugar, convivir y correr sin temer a ser atropeyados, maltratados o envenenados.
Si bien como dueños de perros estamos dispuestos a defender a nuestras mascotas tan fieramente como ellas a nosotros, en esta ocasión la mejor defensa será la pacífica. Nos enfrentamos a marcos de pensamiento totalmente cerrados, que insisten en prohibiciones sin dar alternativas u opciones por lo tanto los gritos y los pleitos no nos van a llevar a nada.
Una Iniciativa
Uno de los parques que frecuento en los paseos diarios de mis perros es el Parque de Xotepingo, en la colonia Ciudad Jardín. Este parque cuenta con un área de juegos para niños, un área de ejercicio para adultos, un módulo de vigilancia, un par de canchas de futbol y basketball, así como un área grande de jardín que normalmente es usada como área de reunión de perros en números crecientes cuyos miembros regulares se autonombran “La Pandilla”. Es curioso porque nos conocemos de vista pero no de nombre, sin embargo sabemos perfectamente los nombres de los perros de todos y conocemos sus mañas y careácteres.
Está Dominique el labrador miel que vive a unas cuantas casa del parque y es tan sociable que nos ha unido a todos, le encantan los premios y las pelotas. Está Bella, una perrita criolla que fue rescatada por su dueño y que sabe perfectamente que en cuanto la novela termina le toca salir de paseo. Jean, la pastor inglés que corre con sus dueños y es el amor de mi perrito Mathias. Azúl y Cuca, una pareja extraña conformada por una criolla de labrador y una basstehound que sin embargo adoran jugar con mi gran danés Tallulah. También está Milpa la Xoloscuincle y Kyra la cachorrita de labrador negro que se confiunde a lo lejos con Mathias, sobretodo cuando están jugando como locos detrás de una pelota.
También tenemos a Lola la golden, Tiziana la schnauzer, Cuca la wimaraner, Bella la labrador chocolate, Lobo y Campanita y algunos otros que van y viene por el parque.
Este grupo de dueños, unidos por sus perros y confrontados por los vecinos del parque, han tomado en sus manos el proyecto de que uno de los jardines paralelos a este parque se vuelva un parque de perros. Enrejado, con tomas de agua y botes de basura. Con mucho trabajo y haciendo uso de contactos de amigos y conocidos han conseguido planos de la zona, están dispuestos a absorber el costo del enrejado y a mantener el área limpia y funcional. De esta manera se comprometen a tener a sus perros con correa en el resto del parque.
Para lograr esta iniciativa necesitarán recolectar firmas de autorización de los vecinos que viven cerca del parque, además de tener los permisos y autorización de la delegación. Toda una empresa. Pero lo hacen gustosos y con ganas porque saben que al final quienes van a disfrutarlo son sus mascotas.
También se han dado a la tarea de crear un directorio que incluya los datos de los dueños y de los perros que son miembros de “La Pandilla” para de esta manera darle confianza a los vecinos. Para demostrar que dan la cara en todo momento y si su perros se meten en algún pleito, problema o molestan a alguien, sea posible contactarlos con la queja pertinente. En general la idea es demostrar que son responsables y hacer notar que son una parte importante de la comunidad que se reune en torno al parque.
Un sueño hecho realidad
Las fotos que acompañan a este artículo fueron tomadas en la ciudad de Montreal, en Canada. El parque se llama Pearcy Walters y es un programa piloto que lleva 3 años funcionando, un parque donde existen áreas delimitadas para perros y niños. Las puertas de entrada son dobles para evitar que en un descuido uno de los perros escape, las áreas de uso están perfectamente delimitadas, en todas als entradas existen basureros con tapa y se pueden leer las reglas de uso del parque. Dentro se encuentra un área grande, limpia y bien cuidada por los mismos dueños de perros que siempre limpian tanto heces como su propia basura. Hay tomas de agua tanto ara perros como para gente y cómodas bancas que inspiran a pasar un par de horas de convivencia entre perros, vecinos y naturaleza.
¿Crees que esto es un sueño y una realidad primermundista que nos queda a años luz de distancia? La realidad es que fue justamente una delegación conformada por vecinos dueños de perros la que peleó para que esto fuera posible. Se hicieron presentes frente a las autoridades como un grupo organizado con una necesidad y a pesar de las quejas de vecinos y padres que también usaban este parque lograron que se estableciera este parque piloto que hasta la fecha se mantiene funcionando sin falla y reuniendo a una gran comunidad de usuarios en torno a el.
La Clave de la Cuestión
Como minoría que en este momento se encuentra bajo la lupa es necesario basarnos en tres ceriterios: La Responsabilidad, El Diálogo y La Resolución.
Es probable que en un inicio seamos nosotros quienes tengamos que ceder. Es probable que en un principio tengamos que usar correas en todo parque de la Ciudad de México y que tengamos que afrontar multas grandes por no recoger heces o porque nuetros perros se metan a nadar a una fuente. Sin embargo a la par debemos luchar por conseguir espacios específicos para nuetros perros en los parques de la ciudad. Lugares enrejados que puedan ser usados solo por perros, que los protejan de extraños mal intencionados y del tráfico de la ciudad.
Nos toca a nosotros establecer el díalogo, demostrar que el tener un perro en nuestras vidas nos hace mejores personas y sobretodo representar cordialmente a otrodos los dueños de perros del mundo entero. Nos toca a nosotros, por el bienestar de nuetras mascotas y de la comunidad entera, ponerle un alto definitivo a la violencia para lograr al final convivir en paz.